Reseña | "Flow (Straume)" de Gints Zilbalodis
STRAUME
SINOPSIS
Un viaje maravilloso, a través de reinos naturales y místicos. "Flow" sigue a un valiente gato después de que su hogar es devastado por una gran inundación. Aliándose con un capibara, un lémur, un pájaro y un perro para navegar en un barco en busca de tierra firme, deberán confiar en la valentía, la astucia y, sobre todo, en la confianza mutua para sobrevivir a los peligros de un planeta ahora acuático. De la imaginación sin límites del galardonado cineasta Gints Zilbalodis (Away), surge un espectáculo animado emocionante y, al mismo tiempo, una profunda meditación sobre la fragilidad del medio ambiente y el espíritu de la amistad y la comunidad. Impregnada de las infinitas posibilidades de la narrativa visual, "Flow" es un festín para los sentidos y un tesoro para el corazón.
RESEÑA
El cine de animación ha demostrado una y otra vez su capacidad para contar historias profundas y conmovedoras, y “Flow”, la película letona dirigida por Gints Zilbalodis, es un ejemplo brillante de este poder. En estos tiempos, el cine animado nos ha regalado joyas como “The Wild Robot” y “Robot Dreams”, películas que exploran temas universales como la maternidad y la amistad con una sensibilidad visual y narrativa única. “Flow” llega a las salas de cine para sumarse a esta lista de obras maestras, combinando elementos de ambas películas y ofreciendo una experiencia cinematográfica inolvidable.
Al igual que “The Wild Robot”, “Flow” está ambientada en un
mundo postapocalíptico donde los animales han reclamado la naturaleza,
presentada con una estética visual deslumbrante y distintiva. Y, al igual que “Robot
Dreams”, “Flow” cuenta una historia profundamente emotiva sobre la amistad sin
necesidad de diálogos. Sin embargo, “Flow” va más allá al ofrecer una narrativa
conmovedora sobre la formación de una familia en medio de un mundo en constante
cambio. La película sigue a un gato negro que, tras una inundación devastadora,
se ve obligado a buscar refugio y a entablar una amistad improbable con un
perro que inicialmente considera un enemigo. A través de esta premisa
aparentemente simple, “Flow” celebra las capacidades únicas de la animación
para transmitir emociones y contar historias universales.
Uno de los aspectos más destacados de la película es su
animación vívida y detallada, especialmente en la representación del
comportamiento de los animales. El gato negro, protagonista de la historia,
está animado con una atención meticulosa a sus gestos y movimientos, lo que
derrite el corazón de cualquier amante de los felinos. Esta atención al detalle
se extiende a todos los animales que aparecen en la película, desde el labrador
jovial hasta el lémur travieso y el pájaro secretario majestuoso. Cada
personaje está diseñado y animado con una personalidad distintiva que se
expresa a través de su lenguaje corporal y sus interacciones, sin necesidad de
palabras.
El mundo postapocalíptico de “Flow” puede parecer, a primera
vista, un punto débil debido a la falta de contexto sobre cómo llegó a ser así.
Aunque vemos rastros de una civilización humana en forma de casas abandonadas y
ciudades sumergidas, nunca se nos explica qué causó la inundación ni por qué
los humanos desaparecieron. Sin embargo, esta falta de explicación no es un
defecto, sino una elección narrativa que refuerza el enfoque de la película. Al
igual que los animales, el espectador se enfrenta a un mundo que ha cambiado
drásticamente sin previo aviso, lo que hace que la historia sea más universal y
con la que es más fácil identificarse. Los animales no tienen respuestas, pero
encuentran consuelo y fortaleza en la compañía mutua, un mensaje que resuena
profundamente en un mundo donde el cambio y la incertidumbre son constantes.
La narrativa de “Flow” es un delicado equilibrio entre lo
conmovedor y lo contemplativo. La relación entre el gato y el perro, que
comienza como una rivalidad hostil y evoluciona hacia una amistad tierna y
sincera, es el corazón de la película. A medida que el grupo de animales navega
por el mundo inundado, se enfrentan a desafíos que ponen a prueba su capacidad
para confiar y cooperar. La película no teme abordar temas serios, como la
pérdida y el duelo, pero lo hace con una sensibilidad que nunca cae en lo
melodramático. En su lugar, “Flow” celebra la resiliencia y la capacidad de
encontrar esperanza y conexión incluso en las circunstancias más difíciles.
La animación de “Flow” es un logro técnico y artístico.
Aunque los fondos, con su belleza casi fotorealista, a veces pueden parecer
excesivos, los personajes están diseñados con un estilo gráfico y estilizado
que los hace destacar. La falta de diálogos no es una limitación, sino una
oportunidad para que la animación hable por sí misma. Cada movimiento, cada
mirada y cada gesto están cargados de significado, lo que convierte a “Flow” en
un recordatorio poderoso de cuánto se puede transmitir a través de la
animación.
Finalmente, “Flow” es una película que combina una narrativa
conmovedora con una animación deslumbrante para ofrecer una experiencia
cinematográfica única. Es una celebración de la amistad, la resiliencia y la
capacidad de encontrar esperanza en medio del caos. Cualquier amante del cine
debería verla, no solo por su belleza visual, sino por su capacidad para
conectar con el espectador a un nivel emocional profundo. Como el gato negro y
sus amigos navegando por las aguas de un mundo inundado, la película traza un
camino hacia adelante que inspira y conmueve, recordándonos el poder
transformador del arte y la conexión.
En su mundo inundado, donde las huellas de la humanidad se desvanecen bajo el agua, los animales nos recuerdan que la vida, en su forma más pura, es un flujo constante de adaptación, pérdida y renacimiento. A través de sus miradas cautelosas, sus gestos tímidos y sus actos de generosidad, nos enseñan que la verdadera supervivencia no radica en la fuerza individual, sino en la capacidad de encontrar refugio en los demás. En un universo donde las respuestas son escasas y el futuro es incierto, “Flow” nos invita a contemplar la belleza de lo efímero y la fortaleza de los lazos que nos unen. Es un recordatorio silencioso pero poderoso de que, incluso en medio del caos, siempre hay un camino hacia adelante, siempre hay un lugar donde el sol brilla sobre el agua y la esperanza resurge, como un gato perdido en la corriente.
EQUIPO
Director: Gints Zilbalodis
Escritores: Gints Zilbalodis, Matiss Kaza & Ron Dyens
Productores: Gints Zilbalodis, Matiss Kaza, Ron Dyens & Gregory Zalcman
Compositores: Gints Zilbalodis & Rihards Zalupe
Cinefotógrafo: Gints Zilbalodis
Editor: Gints Zilbalodis
Director Artístico: Gints Zilbalodis
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