Reseña | "Sing Sing" de Greg Kwedar


SING SING

SINOPSIS

Un pequeño grupo de prisioneros dentro del Centro Correccional Sing Sing, una de las prisiones de máxima seguridad más infames del mundo, intenta montar su propia producción original, "Breakin' The Mummy's Code", como parte de un taller de teatro.


RESEÑA

Al terminar de ver “Sing Sing”, una cosa es clara: no sólo hemos presenciado una de las mejores películas del año, sino también un poderoso recordatorio de la capacidad del arte para transformar vidas. Dirigida por Greg Kwedar y basada en la historia real del programa *Rehabilitation Through the Arts* (RTA) en la prisión de máxima seguridad Sing Sing de Nueva York, la película es un testimonio conmovedor de la resiliencia humana, la redención y el poder sanador de la expresión artística.

“Sing Sing” nos sumerge en la vida de un grupo de hombres encarcelados que encuentran un sentido de propósito y comunidad a través de un programa de teatro dentro de la prisión. Colman Domingo interpreta a “Divine G”, un hombre de gracia y dignidad que, a pesar de estar injustamente encarcelado, se convierte en el corazón y el alma del grupo. Su liderazgo inspirador guía a sus compañeros, quienes, a través de las artes escénicas, aprenden a procesar sus traumas y a reconectar con su humanidad.



La dinámica del grupo cambia con la llegada de Clarence “Divine Eye” Maclin, interpretado por el propio Clarence Maclin, un exrecluso que aporta una autenticidad cruda y conmovedora al papel. Divine Eye cuestiona la seriedad del material que el grupo está interpretando, argumentando que la vida en prisión ya es lo suficientemente dramática. Esta tensión inicial da paso a una colaboración creativa que culmina en una producción original, "Breakin’ The Mummy’s Code", una mezcla ecléctica de comedia, Shakespeare, drama histórico y hasta referencias a Freddy Krueger. Este proceso, lleno de altibajos emocionales, es el núcleo de la película, mostrando cómo el arte puede ser un refugio y una forma de resistencia. 

Uno de los mayores logros de “Sing Sing” es su elenco, compuesto en su mayoría por exreclusos y graduados del programa RTA. Esta decisión no sólo añade una capa de autenticidad inigualable, sino que también demuestra el inmenso talento y la profundidad emocional de estos actores. Colman Domingo, con su presencia magnética y su habilidad para transmitir emociones con sólo una mirada, es simplemente impresionante. Su interpretación del monólogo “Ser o no ser” de "Hamlet" es uno de esos momentos cinematográficos que dejan sin aliento. 

Clarence Maclin, por su parte, aporta una intensidad y una vulnerabilidad que sólo alguien con su experiencia podría lograr. Su química con Domingo es palpable, y su evolución a lo largo de la película es un recordatorio poderoso de cómo el arte puede cambiar vidas. Paul Raci, conocido por su papel en "Sound of Metal", también brilla como el director del programa, un hombre que equilibra la firmeza con la compasión. 



Más allá de las actuaciones, “Sing Sing” es una obra maestra técnica. La cinematografía de Pat Scola captura la crudeza de la prisión sin perder de vista la belleza que surge en los momentos más inesperados. La banda sonora de Bryce Dessner, miembro de "The National", y la London Contemporary Orchestra, es un acompañamiento perfecto, tejida con delicadeza en la narrativa sin forzar emociones. Cada elemento de la película, desde la dirección hasta el diseño de producción, trabaja en armonía para crear una experiencia que es tan visualmente impactante como emocionalmente resonante.

“Sing Sing” no es sólo una película; es una experiencia transformadora. Nos recuerda que, incluso en los lugares más oscuros, el arte puede ser un faro de esperanza y un medio para reconectar con nuestra humanidad. La película no ofrece respuestas fáciles ni finales felices convencionales, pero sí nos deja con un mensaje poderoso: la redención es posible, y el arte puede ser el puente que nos lleve allí.



En un mundo que a menudo parece empeñado en deshumanizarnos, “Sing Sing” es un recordatorio urgente de la importancia de la empatía, la comunidad y la expresión creativa. Es una película que no sólo hay que ver, sino sentir. Y, sobre todo, es un llamado a creer en el poder transformador del arte, no sólo para quienes están tras las rejas, sino para todos nosotros.

Porque, al final, todos llevamos nuestras propias cadenas, y el arte puede ser la llave que nos libere.


REPARTO

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EQUIPO

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TRÁILER

https://www.youtube.com/watch?v=j3dXc6P3zH8

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