Reseña | "Beyond (Más Allá)" de Bettina López Mendoza
BEYOND
MÁS ALLÁ
SINOPSIS
Después de ser separada de su madre mientras cruzaban la peligrosa selva entre Colombia y Panamá, Zuli, una joven migrante venezolana, se ve obligada a abandonar su infancia para sobrevivir en este lugar lleno de peligros. Mientras trabaja para un coyote ayudando a guiar a otros migrantes a través de la selva, Zuli descubre un portal hacia una tierra mágica, donde deberá recurrir a su imaginación para reconectar con su inocencia y, en última instancia, aprender a ser niña otra vez.
RESEÑA
Hay infancias que no llegan nunca a serlo. Niños que aprenden demasiado pronto que el mundo puede romperse sin avisar, que los juegos se suspenden de un día para otro y que la ternura no siempre encuentra espacio para quedarse. En muchos lugares de nuestro continente, crecer significa sobrevivir: caminar kilómetros cuando el cuerpo todavía pide brazos, tomar decisiones que ni los adultos soportan, cargar con pérdidas que deberían ser imposibles a esa edad. La infancia, esa etapa que debería oler a tierra húmeda después de la lluvia, que debería tener a nuestros padres dándonos amor sin medida, y sonar a risas sin prisa, se vuelve un paréntesis fugaz, casi imaginado. Más Allá nace de ese dolor, de esa interrupción brutal que fractura a miles de niños en tránsito. Y sin embargo, también nace de algo más: de la chispa que resiste incluso cuando todo alrededor se oscurece, de la imaginación como último refugio cuando la realidad no ofrece ninguno.
La selva del Darién, ese abismo verde que emerge entre Colombia y Panamá, no es solo un territorio: es una herida, un corredor natural y social donde los sueños y los cuerpos resisten como pueden. En medio de ese paisaje que devora fronteras y sueños, Más Allá no se presenta como un filme más, sino como un acto de fe, una pequeña llama que insiste en encender esperanza donde parece imposible. Dirigido por Bettina López Mendoza y concebido entre Venezuela, Canadá, Colombia y Estados Unidos, el cortometraje se despliega como un viaje de iniciación: una historia donde la infancia es obligada a madurar demasiado pronto, pero también una historia donde la imaginación se niega a morir.
Zuli, la niña protagonista, se convierte en nuestra luz: una niñita que, en lugar de jugar, guía migrantes por senderos ahogados en barro; una niña a la que un coyote le arrebató incluso el derecho a tener miedo. Pero en medio de la brutalidad del camino, Zuli tropieza con algo inexplicable: un resquicio que abre paso a otro mundo, un lugar donde lo perdido podría recuperarse, donde lo roto podría volver a tener forma. López Mendoza filma este cortometraje desde un lugar íntimo que resuena en todos nosotros, los latinoamericanos. Ella también creció entre fronteras: Venezuela, México, Estados Unidos... Esa experiencia nómada se siente en cada decisión, en cada toma, en cada momento del filme. ¿Y cómo no, si es la voz de nuestros países? Más Allá no es solo su visión: es un eco de miles de voces que han cruzado América Latina con la esperanza a cuestas.
Desde la primera escena, se siente el peso de lo que Zuli carga. Borrar las mariposas de sus botas con un plumón no es un gesto simple: es renunciar a la niñez porque en el Darién, cualquier rastro de color parece una provocación al destino. Cuando los niños invisibles de la selva la invitan a jugar y ella contesta “no puedo”, no lo dice con dureza, sino con el dolor de quien ya entendió demasiado temprano que hay mundos donde la inocencia no sobrevive.
El cortometraje nos acompaña por ese trayecto húmedo y sofocante donde un grupo de migrantes avanza como puede: una madre que no trae el dinero completo, un bebé que se duerme en brazos mientras ella le canta para espantar el terror, miradas vacías que solo quieren llegar al siguiente paso. Zuli intenta ser fuerte, pero la memoria la traiciona: su madre desapareciendo en el agua, una mano que se suelta para siempre. Ese recuerdo es su herida, su brújula y su condena.
Cuando los migrantes siguen su camino, ella se queda atrás. Y así, sola entre juguetes abandonados y zapatos diminutos, Zuli cede finalmente a la voz de quienes le piden imaginar. Se arroja al vacío, creyendo, como solo los niños pueden, que quizá abajo la espera algo distinto. Amanece en una playa desierta. El mar suena a arrullo y también a la fuerza de la naturaleza. Encuentra la bolsa de la mujer embarazada, intenta recuperarla, y cuando falla, vuelve a caminar. Los niños reaparecen, y poco a poco Zuli descubre que cuando uno desea algo con suficiente fuerza, las cosas encuentran cómo existir: una estrella en la palma de sus manos, una mochila que se llena, unas alas improvisadas, cuerdas invisibles. Cuando recuerda a su madre tomándola de la mano, la bolsa finalmente es suya, y con ella, un mensaje: historias de piratas, de aventuras, de mundos donde nada duele tanto. “¿Para qué nadar si puedo volar?”, dice Zuli antes de lanzarse hacia el futuro con sus alas recién nacidas extendidas.
El golpe de realidad llega al final, con una cifra imposible de ignorar: de las 520 mil personas que cruzaron el Darién en 2023, 120 mil eran niños. Pensemos en el dato con detenimiento: 1 de cada 5 personas que cruzan son niños. Yo ni de adulto podría cruzar un tramo tan peligroso sin sentir que estoy firmando mi sentencia de muerte. Ese dato queda suspendido como un susurro que no se va, porque ya no estamos viendo ficción: estamos viendo lo que duele de verdad.
Buena parte de la fuerza del cortometraje nace del lugar del que viene su directora. López Mendoza ha trabajado desde distintas trincheras creativas, siempre buscando personajes que se niegan a aceptar los límites que les imponen. Con la guía de Michael Gracey, aprendió a usar lo visual como lenguaje emocional. Y en Más Allá, esa mezcla se vuelve esencial: el filme pasa del registro documental y crudo a una ensoñación que nunca se siente falsa. Los efectos son simples, pero suficientes para recordarnos que la imaginación es una herramienta más poderosa que cualquier máquina.
El trasfondo migratorio que recorre el continente resuena en cada escena. Venezuela despidiéndose de su gente, Colombia atravesada por décadas de violencia, Centroamérica empujada hacia el norte, México convertido en camino, refugio, frontera y herida. Todos esos desplazamientos se entrelazan como un gran río que cruza nuestros países enteros. Y Más Allá se vuelve espejo de esa realidad donde los niños cargan pesos que no son suyos, donde los adultos cantan para sobrevivir un día más, donde la solidaridad y el abuso coexisten a cada paso.
Pero el cortometraje no se queda en la crudeza. López Mendoza recurre al realismo mágico, ese lenguaje tan latinoamericano, tan nuestro, para proponer otra posibilidad: que incluso en medio del dolor más profundo, la imaginación no es un escape, sino una herramienta de resistencia. Zuli no huye del mundo: lo transforma y lo hace suyo. La selva no deja de ser peligrosa, pero permite que las cosas imposibles sucedan. Es una narrativa que recuerda que en Latinoamérica, la fantasía no es adorno: es una forma de decir la verdad cuando la verdad es demasiado dura.
Cinematográficamente, el corto equilibra la aspereza de la vida real con momentos de ligereza visual que parecen respirar. La cámara temblorosa cuando Zuli corre, las tomas límpidas cuando se entrega a soñar; el sonido del agua, de la selva, de los pasos en el lodo, de la música... Todo funciona como un corazón que late entre terror y belleza.
Al final, Más Allá deja una serie de preguntas que no se pueden responder tan fácilmente: "¿qué significa migrar?", "¿qué significa crecer en un camino que no elegiste?", o "¿qué significa perder algo tan grande y aun así seguir imaginando?". El filme propone que tal vez la imaginación no sea un lujo, sino una manera de resistir lo insoportable. Nos susurra una verdad eterna, mucho más duradera que cualquier pirata y que cualquier coyote: nunca cesar de soñar, porque el espíritu humano es un portal indómito, capaz de transmutar el dolor en estrellas palpables; rendirnos sería como traicionar al niño interior que siempre nos reta a imaginar el amanecer, sin importar cuán oscura la noche.
ELENCO
Dairl Hernández López, Alicia Reyes Londoño (Alicia y la Marea), Jhony Osorio Montaño, Marino Sanchez Cuesta, Angel Fernando de la Rosa Urrego, Leonardo Cuadrado Sierra, Aider Ascendra Arcia, Jhonatan David Julio Márquez, María Clara Vargas, Dayana López Beltrán, Franclins David Martines Pinto, Luis Carlos Marín, Samuel Quintana Mórelo, Nahidelin Sofia Bello Pajaro
EQUIPO
Written & Directed by Bettina López Mendoza
Producers - Marilyne LaMontagne, Bettina López Mendoza
Executive Producers - Chelo Mendoza, Evelyn López Mendoza, Maria Kalomendidou, Susana Lobo, Alana O'Grady Lauk, Morgana Duque, Demetri Tongas, Frederik Mueller, Yannis Skoufalos, Jorge Mesquita, Leon Lauk, Ana Katalina Carmona
Casting Director - Carolina Ceballos (Espiral Creativos)
Additional Casting - Ana Katalina Carmona
Director of Photography - Camilo Monsalve Ossa, ADFC
Composer - Abiram Brizuela
Editor - Mónica Salazar
1st Assistant Director - Daniela Echeverri Idárraga
2nd Assistant Director - Carolina Ceballos
Production Manager - David Guzmán Quintero
Unit Production Manager - Alejandro Ríos
Location Manager - Brandon Usuga
Production Assistants - Haroun Valencia, Cristian Valencia, Andrés Alvarez
1st Assistant Camera - Hector Camilo Usuga Florez
2nd Assitant Camera - Alejandra García Valencia
Gaffer - Julián Felipe Molina Rojas
Digital Imaging Technician - Luis Fernando Henao Florez
Stills Photographer - Nicolás Forero Suárez (Izmo)
Art Director - Vanessa Bustamante Zapata
Hair & Make-Up Artist: Isabel Córdoba
Costumer - Laura Valentina Gil Ramirez
Set Dresser - Sara Amaya Gil
Sound Director & Mixer: Eloísa Arcila Fernández (Sinsonte Estudio)
Boom Operator - Luisa Durango Bermúdez
Production Support - Juan Andrés Bellos Paez, Brayan Minota Campo, José Valencia (El Cuba), Juancho Villa
Art Department Support - Carlos Delgado
Storyboard Artist - Scott Hurney
Script Translator - Luis Sivoli
Assistant Editor - Hannah Mobley
Poster and Graphics Design by Gustavo López & Gene Han (Canvas)
VFX by Pixelloid Studios
Distribution / Distribución: FilmsToFestivals




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