Reseña | "Are You a Friend of Dorothy?" de Andrés García

ARE YOU A FRIEND OF DOROTHY?



SINOPSIS

En la década de 1950, un experimentado detective de policía es asignado a investigar a una presunta pareja homosexual, lo que lo obliga a confrontar la moralidad de su deber en un mundo donde la justicia y el prejuicio chocan.


RESEÑA

Hay amores que, en lugar de celebrarse, son sometidos a juicio. Amores observados con lupa, interrogados, perseguidos, como si en ellos habitara una amenaza mayor que la violencia, la desigualdad o la injusticia que atraviesan nuestras sociedades. El amor entre personas queer ha cargado históricamente con ese peso: en el pasado, castigado por la ley y la moral; en el presente, todavía cuestionado por miradas que se resisten a entender que amar ni es un delito ni es una provocación. Resulta inquietante que, incluso hoy, se siga destinando tanta energía a vigilar a quienes se aman, cuando hay realidades mucho más urgentes que exigirían nuestra atención colectiva. Al final, el amor, en cualquiera de sus formas, no daña: acompaña, libera y, muchas veces, es lo único que hace al mundo un lugar un poquito más habitable.

Are You a Friend of Dorothy?, el cortometraje de 8 minutos estrenado bajo la dirección, guion, producción y edición de Andrés García (por supuesto, en equipo con Bassel Z. Malhas y Danylo Taran en el guion y la edición, respectivamente), representa una de las intervenciones más sofisticadas del cine queer de este año en el formato breve; no sólo reconstruye con suma precisión la estética de los filmes instructivos educativos de antaño, sino que los subvierte para exponer la violencia estructural de la represión homofóbica durante el Lavender Scare, en el que incontables personas LGBTQ+ fueron purgadas de puestos y espacios por ser consideradas "pervertidas sexuales" y amenazas a la seguridad nacional.

El título en sí mismo ya es un acto de apropiación histórica profundo. "¿Eres un amigo de Dorothy?" era, en la comunidad gay de posguerra, un código eufemístico para identificar a otros homosexuales sin exponerse al peligro. Muy probablemente aludía a Dorothy Gale de The Wizard of Oz, interpretada por Judy Garland, el ícono queer por excelencia, cuya vida resonaba profundamente con la experiencia de la marginalidad. Garland simbolizaba, especialmente a través de su voz en Over the Rainbow, el anhelo de un mundo más allá del gris opresivo, un lugar donde los sueños prohibidos pudieran realizarse. En el film de García, esta frase de solidaridad secreta se transforma en un instrumento de traición estatal: el "amigo de Dorothy" no es un compañero en la resistencia, sino un objeto de vigilancia y castigo. Esta inversión intertextual enriquece el significado y lo conecta directamente con la tradición queer de resignificar símbolos culturales para la supervivencia.



El cortometraje se estructura como una parodia de los films instructivos educativos de los años 50, aquellos propagandísticos social guidance films que advertían sobre peligros morales. En blanco y negro, con una estética impecable que recrea la granulosidad y el audio crepitante de la época... bandera estadounidense ondeando, narrador pomposo exaltando "valores, unidad, familia y moralidad"... presenta al detective Neil (un convincente Evan Strand), especialista en "casos de perversión sexual". La falsa normalidad suburbana se construye con maestría: casas perfectas, oficinas ordenadas, secretarias diligentes y sumisas. Pero bajo esa capa de pulcritud patriótica late una inquietud creciente, esa "falsa normalidad" que el espectador percibe como una trampa, que me recuerda a las grabaciones perturbadoras de la primera película live action de Scooby-Doo, donde lo aparentemente inocuo revela horror latente.

La sátira es implacable: animaciones caricaturescas muestran homosexuales como demonios risueños y depravados que se ocultan entre ciudadanos "ordinarios"; el delator Ronald, "patriota whistleblower", representa la complicidad civil en la delación como virtud cívica. García reproduce fielmente el tono didáctico de aquellos films (que advertían contra "amenazas morales" como el comunismo o la homosexualidad), pero lo hace con una ironía asfixiante: el narrador celebra la "justicia" mientras vemos la invasión de un hogar por un beso casi imperceptible.

Estructuralmente, el cortometraje se divide en dos mitades que funcionan como un díptico dialéctico, empleando recursos formales para desmontar la propaganda que imita. La primera parte, en blanco y negro, formato 4:3 cuadrado y audio crepitante que evoca las películas educativas de la época (como en en clásicos homofóbicos como Boys Beware de 1961 (por cierto, ¡jódete, Sid Davis!), que equiparaba homosexualidad con pedofilia y enfermedad mental), presenta un mundo de falsa normalidad suburbana. El detective Neil encarna el brazo armado de esa moralidad patriótica. Elementos como el disco de Judy Garland, flores bien arregladas o una grabación casera con pétalos y lazos se codifican como "indicios homosexuales", parodiando los manuales reales de la época que enseñaban a identificar "desviados" por detalles afeminados.



El punto de quiebre es un golpe de genio cinematográfico: el aspect ratio se expande a widescreen, irrumpe el color vivo (invirtiendo el truco icónico de The Wizard of Oz, donde el color marca la liberación; aquí, señala la irrupción brutal de la realidad). La fachada propagandística se derrumba: groserías, violencia policial explícita, golpes sordos de carne contra carne. Neil, en un arrebato de furia homofóbica internalizada, golpea salvajemente a uno de los hombres hasta dejarlo inconsciente (posiblemente muerto, aunque quiero creer que no, por mi sanidad mental, porque yo no lo resistiría), mientras su pareja suplica agonizante y los propios oficiales se horrorizan. Esta escena genera una impotencia visceral: la pareja no ha hecho nada anormal; su delito es amar en privado. El contraste con el cierre, la grabación casera en color, ellos en la playa comiendo cerezas, riendo, posando con un beso tierno, un simple "piquito" lleno de ternura cotidiana, es devastador. Es un epitafio visual por vidas destruidas, un recordatorio de que lo depravado era el sistema represivo, no el afecto humano.

Temáticamente, García profundiza en múltiples capas. Explora la construcción estatal de la heterosexualidad normativa como pilar de la "seguridad nacional" durante la Guerra Fría, donde la homosexualidad se asociaba con vulnerabilidad al chantaje soviético. Medita sobre la violencia epistemológica: cómo el lenguaje propagandístico deshumaniza para justificar la brutalidad física. También toca la homofobia internalizada en Neil (su irritabilidad con la secretaria, su especialización obsesiva), sugiriendo que el perseguidor podría ser un "amigo de Dorothy" reprimido, confrontado a la "moralidad de su deber". Neil muy bien podría ser homosexual también, sin embargo, no hay resolución catártica; el film deja al espectador en un estado de tristeza profunda, rabia contenida y clamor por justicia histórica. Ese tipo de belleza cinematográfica que no da felicidad, sino impotencia, radica en su rigor: es cine que duele porque expone heridas aún abiertas en sociedades donde la represión queer persiste.

Formalmente, García demuestra una madurez excepcional para un director tan joven. La recreación estética es impecable: dirección de arte, fotografía, sonido... pero siempre al servicio de la deconstrucción. El uso del color y el aspect ratio no es un truco barato, sino metáfora: del mundo gris y encajonado de la propaganda al caos vibrante y expansivo de la verdad reprimida. Las actuaciones son contenidas en la primera mitad (para acentuar la artificialidad), pero explosivas en la segunda (para liberar la emoción cruda).



Are You a Friend of Dorothy? dialoga con obras como Far From Heaven de Todd Haynes (en su exploración de la represión suburbana de los 50), pero con una urgencia política contemporánea. Andrés García emerge como un talento prodigioso, capaz de condensar historia, trauma y crítica en 8 minutos con precisión. Esta pequeña joya exige reflexión profunda sobre cómo las estructuras de poder pervierten la justicia en nombre de la "normalidad".


REPARTO

Evan Strand, Will Domke, Nicco Caruso, Paul Russell Laverack, Scott Seiffert, Josie Wald, James Carter Montgomery, Dwight Evans, Tamara Uribe Umana, Bassel Z. Malhas


EQUIPO

Directed by Andrés García

Written by Andrés García & Bassel Z. Malhas

A Golden Watch Films Production

Produced by Andrés García, Santiago Mier

Executive Producers - Francisco García & Connie Aguirre

Director of Photography - Andrés Felipe Bernal Farías

Edited by Andrés García, Danylo Taran

Production Designed by Fiona Brennan

Co-Produced by Alejandra Rosales

Associate Produced by Jano Fernández & María Fernanda Rico

Costume Designed by Bassel Z. Malhas

Music Composed by Colin Lockridge

Unit Production Manager - Alejandra Rosales, María Fernanda Rico

1st Assistant Director - Jano Fernández

2nd Assistant Director - Andy M.

Stunt Coordinator - Alexander Kussovski

Art Director - Lexie Bruce

Set Dresser - Kyle Gill

1st Assistant Camera - Mateusz Sobolewski

2nd Assistant Camera - Diego Ríos Vázquez, Iveth Rodríguez

Script Supervisor - Marían Louvier

Production Sound Mixer / Boom Operator - Shuohong Wei

Gaffer - Alonso Quintero Fregoso

Electrician - Danylo Taran

Key Grip - Bryan LaSof

Grip - Diego Galindo, Chucho Morales

Assistant Costume Designer - Danna Carolina

Assistant Wardrobe - Taryn Kanoelani

Key Makeup Artist - Isabella Ferrara

Makeup Artist - Valeria Betancur

Post Production Supervisor - Chucho Morales

Poster Designer - Cristel Tapia

Title Designer - Eden Homayoonfar

Digital Imaging Technician - Iveth Rodríguez

Stills Photographer - Anton Sinitsyn

Production Assistant - Fernanda Arana

Post Production Sound Services by El Edén Post Production Services SAS

Sound Supervisor / Sound Mixer - Andrés Ripe

Dialogue Editor - Juan Sebastián Roa

Sound Designer - David Ripe

Foley Supervisor - Alejandro Jaramillo

Foley Editors - Sebastián Martínez, Javier Prada

Foley Artist - Leandro Villalobos

Additional Audio Engineer - Nick Howe

Pro Tools Assistant - Julian Gualdron

Mixing Studio - El Edén Post

Picture Car Provider - Brandon Jacobson

Final Animation Sequence & Final Sketch Animator - Reid Tissing

Original Animation Sequence - Kanishk Roy

Original Sketch Animator - Nathan Maylath