Reseña | "Holy Curse" de Snigdha Kapoor
HOLY CURSE
SINOPSIS
Durante una visita a la India, Radha, de 11 años, lucha con su identidad de género mientras su familia le somete a rituales ortodoxos manipuladores, convencidos de que así podrán disipar una supuesta maldición ancestral que, según ellos, está afectando los pensamientos de Radha.
RESEÑA
Las heridas más profundas no vienen del rechazo del mundo, sino del lugar donde uno espera refugio. La familia, que debería ser cobijo, puede convertirse en el espejo más duro: el que te devuelve una versión de ti que no reconoces, o que te exige que dejes de ser quien eres para encajar en sus expectativas. Creces intentando ajustar tu ser para no lastimar a nadie, para no desentonar, para no decepcionar. Pero, en ese esfuerzo silencioso, se te va desgastando la piel, la voz, la espontaneidad... Y llega un punto en que te das cuenta de que no te están rechazando por lo que haces, sino por lo que eres. Ese descubrimiento pega muy duro.
Lo más doloroso es entender que no podrás convencer a quien no quiere mirar. Que la familia puede amarte y aun así no entenderte; que puede querer tu bienestar y aun así dañarte. Y entonces aparece la decisión más difícil: seguir siendo tú, incluso si eso significa caminar sin su aprobación. No es un acto de rebeldía, ni de ingratitud; es un acto de supervivencia emocional. Porque hay identidades que no se negocian con nadie, y el día que lo entiendes con claridad, algo dentro de ti por fin respira en paz.
El diálogo puede expresarse mediante gritos, y duele, pero a veces quien habla despacio, o quien no dice nada, lastima más. Holy Curse observa ese silencio y también la rebeldía que madura dentro de él. Snigdha Kapoor entiende que el control real no se anuncia: se disfraza de cariño, de tradición, de ese “es por tu bien” tan gastado. Se cuela entre las frases no dichas, en cómo la madre acomoda el cabello de su criatura aun sabiendo que lo lleva corto a propósito, o en ese gesto del padre mirando hacia la ventanilla para no enfrentar lo que ya no entiende de su propia familia.
Kapoor ha explicado que quería captar el momento en que una persona menor empieza a sospechar que su autenticidad puede ser un problema. Y el filme muestra muy bien ese instante. Desde el clic del seguro de la puerta cuando Radha se encierra, hasta el flujo de orina con que orina de pie en el campo, el cortometraje registra ese descubrimiento como un derrumbe lento y silencioso: nadie corre, nadie grita, pero todo cambia.
La premisa parece simple: une niñe de once años nacide en la diáspora visita India y su familia decide que su identidad de género no es identidad, sino una maldición. Dicen que un antepasado masculino le posee. Para “liberarle” hay rezos, rituales y la espera absurda de que unos cuervos se acerquen a comer junto al río. Nunca llegan. En cambio llega la menstruación, que la familia celebra como una prueba de normalidad y que Radha vive como una condena.
Kapoor evita convertir a los adultos en caricaturas. El tío patriarca es cruel, sí, pero también actúa desde un miedo aprendido: teme que su sobrine no pueda tener una vida “normal”. La madre manipula con la misma dulzura que usará, tal vez un día, para adornar a une hije destinade a un matrimonio impuesto. El padre calla porque lleva toda la vida callando mientras su hermano conduce la dinámica familiar. Hasta el primo, el bully de siempre, tiene un momento de lucidez entre la paja: dice que siempre vio a Radha “como hermano” y lanza una Barbie al fuego. Son personas que aman de la única manera que les enseñaron: condicionando.
El coche familiar funciona como una prisión ambulante. Kapoor lo convierte en un personaje propio: un espacio cerrado donde nadie puede salir y donde cada prohibición se suma a la siguiente. Ahí la música suena más fuerte, el tío se detiene a orinar en la carretera como si todo le perteneciera y Radha ni siquiera puede pedir ir al baño. Cada kilómetro aprieta un poco más el nudo. Hasta que su único acto posible de autonomía es bajarse los pantalones y marcar territorio como su tío lo hizo. Solo que para Radha no es costumbre: es resistencia.
El templo barato donde los llevan combina ridiculez y tragedia. El sacerdote habla un inglés tembloroso mientras diagnostica “posesiones” porque siempre es más fácil culpar a un muerto que cuestionar a los vivos. La escena del río, esperando cuervos que nunca llegan, deja a la familia frente a un vacío incómodo: sin señales, sin milagro, sin nada que confirme su narrativa. Solo el silencio.
Kapoor filma con una contención precisa. No necesita golpes de efecto: encierra a los personajes en planos cortos, deja que las manos temblorosas, los gestos torpes y el sudor expliquen lo demás. Y aun así permite un momento de verdad en medio de tanta tensión: dos niños escondidos, reconociendo sin rodeos que el problema no son ellos. El primo lanza la Barbie al fuego, Radha lo abraza. Es el único abrazo genuino de toda la historia. Dura nada, pero pesa.
Holy Curse no es particularmente esperanzador. No hay un adulto que despierte, una madre que se rebele o un primo que lidere algo. Solo hay une niñe que entiende, de golpe, que el amor de su familia exige que deje de existir como es. Y decide no hacerlo. Cuando vienen los créditos, el sonido de la orina todavía retumba como un "¡no!" rotundo. No es una victoria, pero sí una decisión. Por primera vez, Radha marca los límites de su propio cuerpo. En una familia donde ni eso le conceden, ese gesto es una declaración.
Kapoor logra algo raro: filmar el momento universal en que uno descubre que ser auténtico puede convertirse en un delito dentro de la familia. Lo filma sin subrayados, sin discursos, sin necesidad de levantar la voz. Este corto no necesita más minutos para dejar huella; solo necesita espectadores que alguna vez hayan aprendido, demasiado pronto, a esconder partes de sí mismos. Porque en algún lugar, ahora mismo, hay une niñe como Radha, mordiéndose las uñas detrás de una puerta cerrada, esperando que alguien rompa el ciclo. Holy Curse no abre esa puerta, pero obliga a escuchar desde adentro.
Holy Curse incomoda porque dice la verdad sin adornos: hay familias donde el amor duele más que la ausencia. Y hay niños que solo pueden resistir en silencio. Kapoor filma esa verdad con una claridad que conmueve. El resultado no busca consolar; busca que miremos de frente. Y que entendamos que, antes de cualquier revolución, hay un gesto mínimo, un límite marcado, un "hasta aquí", que puede cambiarlo todo.
REPARTO
Mrunal Kashid, Anup Soni, Adithi Kalkunte, Shardul Bharadwaj, Prayrak Mehta, Suhas Deshpande, Gayatri Amonkar
EQUIPO
Writer & Director - Snigdha Kapoor
Producers - Snigdha Kapoor, Neeraj Churi, Shweta Bolakani
Production Company - Coffee Bean Productions Llc
Executive Producer - Kalpana Kapoor
Creative Consulting Producer - Ashish Sawhny
Associate Producer - Dheeraj Agnihotri
Casting - Nirbhay Jain, Pratibha Sharma (for Kabiku Productions)
Director of Photography - Juhi Sharma
Editor - Anadi Athaley
Music - Alex Symcox
Senior Colorist - Mahak Gupta
Colorist - Aaryaman Kutty
Picture Finishing - Bridge PostWorks
Production Designer - Prashant Dubey
1st Assistant Director - Shalini Daga
2nd Assistant Director - Sneha Rajguru
Script Supervisor - Priyanka Aich
Additional Editing - Snigdha Kapoor
Line Producer - Mansoor Khan
Unit Production Manager - Ashraf Ali
Location Manager - Saurabh Rai
Assistant Camera - Srushti Kalse
Focus Puller - Tejas Karguppikar
Art Director - Binay Sarkar
1st Assistant Art Director/Set Dresser - Sayali Bhogie
2nd Assistant Art Director - Vivek Singh
Sound Design - Alex Symcox
Assistant Sound Design - Mike Villanella
Conform Artist - Nayeem Tomar
Color Assistant & Mastering - Aaryaman Kutty
Studio Co-ordinator - Saif Kazi
Costume Stylist - Rahul Nijhawan
Assistant Costume Stylist - Ruchika Jalan
Dressman and Tailor - Hashmi M Anwar Ali
Make-up - Vinod Upadhyay, Mukesh Singh, Sujit,
Hair Stylist - Sarita
On-Location Sound Recordist - Santosh Patel
Boom Operator - Rajeev Nishad
Sound Attendant - Pintu
Camera Atendant - Bhola and Team
BTS - Urvi Desale
Gaffer - Leena Gangurde
Electrician - Manjur Shah
Lightman - Sunil Rajput, Raees Monsuri, Rajesh, Neyamatulla
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